La Tierra Hueca
Una de las más arcaicas y magníficas leyendas de la humanidad primitiva es la de un reino
potentosamente rico, poderoso y sabio que existe oculto en las entrañas de la Tierra.
Se dice que allí impera un monarca quien podría ser, si lo quisiera, el rey del mundo, el señor de la
civilización y el tiempo. Pero como sabemos, alguna leyendas esconden verdaderas pistas, sobre
nuestra historia, y a veces aparecen misteriosos rastros...
El célebre historiador romano Plinio refiere que los habitantes de la isla de Hiperbóreas (
civilización perdida ), lograron huir del cataclismo que hundió su isla, a través de cavernas y túneles
que llegaban hasta el sur de la actual Alemania. Es decir 1200 millas naúticas de galerías
subterráneas uniendo el círculo ártico con las tierras templadas. Eso equivale a 2246 kilómetros.
El escritor Pete Kolosimo menciona que en el Amazonas, que un explorador ingresó en una cueva y
se extravío, encontrando un vasto laberinto subterráneo que parecía tener kilómetros de longitud. De
pronto, el hombre se encontró en un lugar donde los muros de rocas y tierra lucían iluminados. Antes
de encontrar el camino de salida, divisó a lo lejos unas sombras que asemejaban seres humanos.
También los "Lamas" afirman que existen gigantescas galerías subterráneas secretas y que unen
todos los continentes, los cuales son iluminados por una sustancia que emite una claridad verdosa, la cual, permite crecer vegetación sin la necesidad del sol.
En 1935, unos buscadores de oro en Usa, penetraron en una caverna que poseía gran cantidad de
túneles, adentrándose en uno de ellos dieron con un lugar con cientos de cadáveres humanos
momificados y estatuas de oro, todo el lugar estaba iluminado por una extraña fluorescencia verde.
La noticia causó gran revuelo y vinieron buscadores de oro de todo el país, pero la caverna era tal
laberinto, que debieron abandonar la búsqueda por temor a extraviarse.
En la década del 60, en Azerbaikhan, Rusia, se envió una expedición
científica militar para investigar un lugar llamado por los pueblos cercanos
"El pozo sin fondo". Habían historias sobre ruidos, luces y golpes que
emanaban de las entrañas del lugar. La expedición inicial, intento bajar
por la "chimenea", pero fue imposible por que su profundidad excedía los
medios modernos de exploración espeleológica.
Por suerte, encontraron cuevas cercanas que rodeaban la chimenea, con lo cual pudieron bajar por
los laterales, descubriendo un laberinto de túneles. Estudios hechos por otras expediciones enviadas
al mismo lugar, comprobaron que los túneles llegaban a tener cientos de kilómetros de longitud. Se
encontraron rastros de haber sido ocupadas por hombres prehistóricos. Pero lo mas increíble fue
cuando encontraron kilómetros adentro, unas bóbedas con forma ojival, que habían sido perforadas
perfectamente por alguien. Aun no se ha podido determinar la antigüedad de esas construcciones. Se
pudo saber que se han encontrado cuevas similares en la parte soviética de Afganistán.